lunes, 23 de noviembre de 2009

Si la montaña no va a ti...


Bien mimetizado con el medio...


“Domingo, Tecpan.

-Ir a la fábrica de triplay.

-Preguntar por el Sr. Margarito Aguirre.*

-Almuerzas y te regresas.

:D

Jijiji…”


Así me dejo una nota Arlin sobre la pantalla de mi laptop, hice un poco de memoria y recordé que mi jefe me había dicho que habría que ir a la República hermana de Tecpan de Galeana a tomar fotografías y datos de unos terrenos para realizarles los avalúos correspondientes.

-"Vamos a Tecpan entonces." –Me dije animándome para aminorar ese pequeño sentimiento de cuestionarme el por que mi jefe fue tan mezquino a la hora de dar la indicación para esta salida, pero bueno, un poco ocupado tal vez, se le olvido tal vez, tal vez, tal vez, tal vez, ni bronca, prepare el viaje.

Relativamente Tecpan no está lejos de Acapulco, unas 3 o 3 horas y media de camino, de todas formas me fui temprano, para regresarme temprano.

¡Chin! Las 8 a.m. mi idea de irme temprano era salir a mas tardar a las 7 a.m. Ni bronca, alcanzo a salir en el autobús de las 8:20. Dormiré durante el camino, hacia días que no dormía bien, muchas tareas por entregar, y dado el hecho que un día antes, sábado, tuve clases, pensé que ese sería otro domingo para dormir 20 hrs, pero no fue así, estaba en un autobús rumbo a Tecpan. Me dormí antes de siquiera salir de la terminal, no sé cuánto tiempo paso, unos 45min tal vez, y me desperté, ellas aparecieron…

-"¡Tortas enchiladas! ¡Cocas! ¡Tamales! ¡Jugos! ¡Licuados!..." –Vendedoras, si, son las clásicas vendedoras de la ruta de la Costa Grande. En cada poblado el autobús va haciendo paradas, y estas empresarias mercaderes gentilmente suben a los autobuses a ofrecer sus productos y servicios, utilizando una eficaz y significativa manera de publicidad: gritando.

Y si, así fue por lo menos durante 5 poblados, no pude conciliar el sueño, y no fue por que se subieran gritando cada media hora a promocionar su vendimia, no, no podía dormir porque me había caído mal la Torta esa que le compre a la señora que me despertó en Coyuca, y sumado a eso, la Bonafina que compre para que se me bajara no ayudo mucho que digamos, déjenlo como que empero la cosa tomando la función de catalizador… Sentia escalosfrios y la piel chinita...

Llegue a Tecpan, hacia algo de calor, tome un taxi a la fábrica de triplay, no había señal de Nextel, ni bronca, nunca me han gustado los radios… Ya una vez en la fábrica, pregunto por la persona que me llevaría a ver los terrenos, apareció alguien que supongo es el vigilante de la fábrica, me dijo que me llevaría con el dueño, saco una cuatrimoto, y si, ahí nos fuimos.

La cuatrimoto era como cualquier otra, salvo un pequeño detalle: herrería de tipo ornamental. La moto en la parte de atrás estaba cubierta con este tipo de herrería, así con formas de hojas, flores y no sé qué otras cosas, era incomodo, era como colarse las nalgas con una criba de varillas. Por suerte para mi, el lugar a donde nos dirigíamos estaba cerca, cabe decir que casi era como cruzar la calle, llegamos a un rio, a unas enramadas. Las enramadas son unos restaurantes que por lo general se encuentras a las orillas de ríos o playas, su característica principal es la frescura con la cual estas cuentan ya que son edificaciones hechas a base de materiales naturales: estructura a base de troncos cubiertas con hojas de palma seca.

Salude, me saludo, me dijo que no me podía acompañar, le pregunte que si ahí donde estábamos eran los terrenos que se valuarían, me dijo que no que no, que ya había ido por la persona que me llevaría a conocer los terrenos. Me dijo que me preparara, que en un momento llegaría esta persona para que saliéramos temprano y llegáramos a buena hora.

-"¿A buena hora?" –me aventure a preguntar.

-"Si, ¿sabe a dónde va arquitecto?" –Me respondió y me regreso la pregunta.

-"Pues la información que tengo es que voy a valuar unos terrenos en Tecpan, ¿no es así?" –Respondí con un ligero aire de “a ver con que mamada va a salir”…

-"No arqui, los terrenos no están aquí, bueno de aquí se pueden ver, mire venga…" -Y nos acercamos a la orilla del rio

-"Ahí es en donde están los terrenos." –Y me señalo a un punto que no aprecie donde era.

-"¿Del otro lado del Rio?" –Pregunté.

-"No, ahí no, allá arriba… Los terrenos están en la Sierra de Atoyac." –Señalándome una montaña a lo lejos en el horizonte.

Los terrenos están allá arriba...

-"… Ah…" -Pues ya que podía hacer, ya estaba ahí…

-"Oiga, ¿Tiene algo de agua o algún refresco?" –Pedí, para que se me bajara la impresión.

-"Si, como no arqui, Junior, véndele un refresco al arqui." –Todavía me vendió el refresco, una coca de 350ml de envase de vidrio, y a $20 pesos…

Llego el fulano que me sería el encargado de llevarme montaña arriba a mostrarme los predios, la verdad ni recuerdo su nombre, nos saludamos, me dijo que todo saldría bien siempre y cuando yo fuera por donde él iba y a la misma velocidad… Sí, nos fuimos en cuatrimotos.

De lujo, ya arriba de la cuatrimoto todo tomaba una perspectiva diferente, valles, ríos, velocidad, todo estaba genial, y termino el pavimento… Empezamos el ascenso, al ir yo siguiendo al guía, queda de mas el decir que termine cubierto de polvo, el ascenso al inicio fue fácil, divertido, hasta que empecé a sentir los efectos de la altura, bueno más que efectos sobre mí, era los efectos sobre el terreno por el que circulábamos: primero arena suelta, conforme subíamos el material del terreno cambio a arcilla, después a arcilla húmeda, casi llegando a su límite plástico, suelos ricos de humus, el olor era especial, el suelo resbaloso y traicionero, las pendientes a mi parecer algo empinadas que requerían acelerar considerablemente la cuatrimoto para subirlas, las curvas cerradas y seguidas, así fue durante alguna camino, poco a poco todo indicio de humanidad fue quedando atrás, las ultimas personas que vi fueron las de una aldea de ninjas mexicanos, bueno, en realidad no eran ninjas, esas no eran katanas, eran machetes, jejeje.

Transcurrieron 3 horas cuando nos detuvimos donde se dividía el camino, “Llegamos” – Pensé.

-"Mire arqui allá en la punta de ese cerro es a donde vamos”-Me dijo.

-“¿Este de aquí enfrente?" –Temí al preguntar.

-“No, aquel de hasta atrás es, esta como a otras 2 hrs de aquí…” –Para que pregunté…

Y aun faltaban 2hrs para llegar...

Estaba lleno de polvo, comí insectos que no creo que sean comestibles, me dolían los hombros, brazos, codos, muñecas, glúteos y pantorrillas, solo pensaba ya en llegar, hacer mi trabajo y regresar. Fue cuando vi que mi guía se detuvo.

Adelante la lluvia, había hecho estragos con la arcilla, se había desmoronado una parte del camino, así que con cuidado tuvimos que pasar moto por moto empujándola, bueno, solo pasamos una moto, mi moto termino unos 4 o 5 metros abajo…

Continuamos en una sola moto, pasarán por la otra moto después, al menos ya no tendría que manejar, descansare y aprovecharé para mandar mensajes, pro que para mi sorpresa, en la Sierra, hay señal de Telcel… Pero, fue peor, me toco sentarme nuevamente en la herrería ornamental de la moto, y al no estar manejando yo, los movimientos bruscos de la moto me toman por sorpresa, así que debía ir bien agarrado y aguantando los encontronazos con las fallas del terreno.

Es gracioso como un ambiente tan pacifico como es la montaña haya podido ponerme un poco nervioso, bueno los anuncios de cuidado con los jaguares ayudaron un poco, por un efecto chistoso es que al ir con la moto atreves del campo, se escucha como si te estuvieran siguiendo entre los matorrales, muy curioso, mi mente empezaba a divagar con ataques que no se venían ver por los costados a cargo de raptores, cuando el verdadero ataque llego por el frente y no por la fauna, sino por la flora: no escuche el “arqui, agáchese” y una tronco me dio justo en la frente…l No fue un golpe muy duro ni un tronco de grandes características , pero si me ayudo a poner en orden mis pensamientos y concentrarme en el camino…

El mundo es curioso, es relativamente pequeño: nos topamos con una camioneta de agentes ministeriales, y curioso, conocidos, bueno uno si, otros de vista y otros que no desearía conocer. Saludo al que conozco, hago un gesto de saludo a los que conozco de vista y a los otros, ni los volteo a ver mostrando una dignidad que no creo día alguno puedan entender…

-“Vigilan sembradíos de enervantes, ya estamos a solo 40 minutos de los terrenos” –Ah que chido, vamos aun más lejos de donde el narcotráfico tiene sus cultivos…

Ya estábamos cerca de la cima, el clima paso de templado a frio, había neblina que se combinaba con las nubes, pasamos ríos, el agua que había empapado parte de mis pantalones esta fría, al menos traigo otra playera, y me la puse antes de subir, al menos tranquilizaba el frio.

-“Aquí empiezan los terrenos” –Por fin, me alegre al escuchar esas cuatro palabras.

Hice mi trabajo, tome fotos, hice algunas preguntas de rutina y decidimos rodear los terrenos para tener más tomas.

Desde hace unas horas ya no había camino, era pasar por arbustos y matorrales, estaba lleno de plantas que se pegaron a mi ropa. Siempre cuidándome de las garras de león, unas plantas con unas espinas filosísimas, que según vi, también deben tener alguna característica venenosa, porque una vez que el guía se las quito, le seguía doliendo en el área donde se clavo las espinas, jejeje menso, no se fijo por estarme explicando lo de los pinos jejejeje.

Una vez realizado el recorrido le dije que ya eran suficientes las tomas, que mi trabajo estaba hecho, pero cuál fue mi sorpresa, mejor dicho, susto al escuchar:

-“Si arqui, pero estos nomás son unos terrenos, faltan otros”...

-“¿Dónde están?” –Pregunte con cierto temor.

-“Acá mire...” –Dirigiendonos a una lomita de la montaña, -“Alla, en aquella montaña que se ve a lo lejos, ¿ya vio?”…

-"¿Es lo mismo que hay en esta montaña?" –pregunte.

-“Si, lo mismo pues”… -Respondió.

-“Ya con estas tomas son suficientes, ya termine, ya vámonos” –Si mejor…

Ya una vez que convencí al fulano de que ya no eran necesarias más fotos, emprendimos la bajada, la herrería ornamental hacía estragos en mi trasero, pero la bajada era considerablemente más rápida que la subida y eso me agradaba en demasía.

Llegamos a un lugar en donde podíamos ver toda la perspectiva del lugar, le pedí que nos detuviéramos, ya que quería tomar algunas fotos. Empecé a realizar las tomas, hasta que una advertencia o indicación, que se yo, me saco de mi ya merecida tranquilidad a un pánico que fácil entra en lo que se dice un Instinto de Impulso (Miau).

-“Arqui, cuidado con la víbora de cascabel…”-Decía…

-“¡HAY NO MAAAAAAAAAMES!” –Y al ver al reptil a los ojos, corrí sin mirar a donde, lo bueno es que tengo brazos, de no haber sido por estos me habría detenido en el árbol ese con los dientes…

-“que está muerta…”-Termino de decir…

Cuidado con la víbora... Que está muerta...

Ya era poco lo que faltaba por salir de la montaña, el frio y humedad había quedado atrás, todo lleno de polvo, pantalones mojados (por el agua del rio), mi ropa llena de plantas pegajosas y de olor penetrante, las articulaciones adoloridas, y con algo de gripa, empecé a sentir el calorcito de Tecpan, por fin llegamos al poblado ese…

-“Oiga arqui, ¿ya va a la terminal o gusta ir a tomarse una coquita a la enramada?” –Pregunto cortésmente…

-“A la terminal, por favor…” - :-)

Regrese a Acapulco, parado, ya no alcance lugar sentado, aun así, logre de hacerme de un pequeño rinconcito hasta el fondo del autobús, descansaré, dormiré durante el camino de regreso… Pero…

-“¡Tortas enchiladas! ¡Cocas! ¡Tamales! ¡Jugos! ¡Licuados!...” –Empezó de nuevo la vendimia…

No me quejo, estas son las visitas que me encantan hacer, ya que siempre hay algo que contar de este tipo de experiencias, me quedo con de ahora en adelante siempre preguntar antes a donde voy… ¡Adoro mi trabajo!

xD



N.d.Ed: Los nombres aquí mostrados no fueron cambiados para proteger a los involucrados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajaja inche Ed xD