miércoles, 22 de abril de 2009

Cuando tú no estás.

En una noche de martes ya de regreso a casa, me topo con que el coche ya está de regreso, mi cuñado en la calle platicando con otro amigo, varias son las veces que paso, saludo con un gesto o una seña con la mano y paso de largo, ahora no, cruce la calle, y empezamos a conversar, bullyamos a un preadolescente quitándole su Tang de naranja, lo amenazamos con una 22 que no sirve (calibre, no centímetros) ya que nos aburrimos lo dejamos ir (así se lleva el chamaco, es medio cabroncito también).


En fin, si decir agua va o agua viene ya nos habíamos reunido: mi cuñado, un amigo, mi hermano, un borracho local que llego y se puso a escuchar atentamente nuestro desmadre y por supuesto su servidor.


En eso como siempre pasa, digo a todo mundo le ha pasado alguna vez, nadie sabe cómo o el porqué, pero sale a la plática alguien que no se encuentra en el lugar, en esta caso, mmm, llamémosle El Comandante Tlacuachòn.

Bueno de hecho, la mayoría de los presentes esperaban a dicho Comandante, yo, la verdad no. Mi hermano por no sé qué lana que le debía, mi cuñado por algo de una moto, el borracho local, pues, solo para conocer a ese dude.

Total en una de esas en la plática se menciono “el choque” y como el Comandante Tlacuachòn estuvo involucrado.

-A ver, a ver, ¿Qué pedo? ¿Cómo estuvo que ese wey choco el carro? –Les pregunte.

-¿Le decimos? –Confirmo mi cuñado con los demás, hasta el borracho que no tiene nada que ver en el asunto dio su aprobación para que me contaran…

-Mira la cosa estuvo así… -Empezó a contar mi hermano.

-¡¿Tu estabas ahí?! –Le pregunte asombrado por que yo no estaba bien enterado del pedo por andar en un viaje de trabajo en la hermosa capital mexicana.

-Mira, nos fuimos al depa a echar desmadre, íbamos como ocho en el carro, y pues estuvimos cheleando en la alberca… -Empezó a contarme mi hermano.


-¡No mames con ese wey! ¡Ninguna sola gota de alcohol! –Interrumpió mi cuñado.


-Si pues, ese wey no bebió nada en toda la noche, se la paso platicando con una chava de las que subimos. –Me confirmo mi hermano.

-Ah sí, es que ya como eso de la una o las dos, se acabaron las chelas, y una chava tenía sed, Chucho le dijo que ahí estaba la llave, que solo era cuestión de abrirla… -Continúo contando mi cuñado.

-Así que decidimos hacer la coperacha para las chelas, el pedo era que todos estábamos bien pedos. –Agrego mi hermano.

-Y pues como yo vi que el Tlacuachòn ese estaba sobrio, le pedí que fuera, wey, pero no mames, le dije que con cuidado, que no fuera a chocar, que con mucho cuidado, se lo repetí como 10 veces, todavía le marque al radio para decirle que con cuidado, y ni así. –Dijo mi cuñado.

-Total, fuimos le dije que fuera por las chelas y hasta eso alcanzamos a escuchar que andaba quedado bien con la chava. –Me chismeo mi hermano.

-¡Oye si! ¡No mames! ¡Ya ni la chinga ese wey! ¿Sabes que le andaba diciendo a la chava? – Me pregunto mi cuñado, y no sé por qué me pregunta, yo ni estaba aquí.

-No wey no se, ¿Qué le dijo? –Me quise enterar, jejeje.

-A pues, mira, así yo en mi peda, alcance a escuchar que no se que le decía a la chava que su tío, que le había dejado el departamento para cuidarlo y espérate, también medio escuche algo de que “su” carro estaba allá abajo estacionado. ¿Cómo vez? –Ya me dijo mi cuñado.

-¡No mames! Ese wey ni al pedo, ni al pedo… -Dijo el borracho. Otro wey que igual, ni al pedo.

-“… “-Todos, mirando al borracho.

-Bueno, entonces, pero ¿Cómo choco? O ¿Con qué? –Ya quería saber, nomás me la hacían de emoción.

-¡Hahahaha! Es que ese wey, no mames, es bien pendejo se fueron por las chelas y ya que venían de regreso…. –Ya me iba a contar mi cuñado, pero interrumpió mi hermano…

-¡No! ¡No! Espérate, espérate, deja que le cuente yo, yo iba con él, tú estabas en el depa, deja que le cuenta las otras mamadas que hizo. –Le pidió mi hermano.


-¡Hahahaha! Órale pues, cuéntale tu wey, ¡Hahahaha! Pinche Tlacuache. –Hasta se hinchaba mi cuñado de la pinche risa, y yo en la mera intriga.

Esta historia continuará…


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Ahora...
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-Entonces wey, bajamos al carro, y no mames, ese pinche Tlacuache, todo sonso, hahahaha, no subimos, y no mames, no podía meter la pinche llave, no encontraba donde, y la chava así toda sacada de onda, total ahí estuvimos un buen rato, y pues se accionaron los seguros, ya por fin pudo meter la llave, y ¡Madres! Se acciono la alarma, ¡Hahahaha! Y ese wey todo asustado, me dijo: “¡Said! ¡Said! ¿Qué pedo con esto? ¡Said! ¡Said!” Yo pues la verdad lo deje que hiciera su show, se veía bien cagado, asustado por la alarma sin saber qué hacer, jejeje…–Me decía mi hermano hasta que no pudo contar más por la risa.

-¡Hahahaha! No mames wey, hasta me marco, y pues yo no le entendía ni que me decía, y mejor ni lo pele. –Agrego mi cuñado.


-Total, casi lo abofeteé, pero preferí aguantarme la risa, le dije que no fuera wey, que solo presionara el botón de la llave, y ya, asunto solucionado… -Dice mi hermano.

-¡Hahahaha! A mí cuando me marco, solo le alcance a entender que dijo: “No ya nada…” ¡Hahahaha! –Interrumpió otra vez mi cuñado, pero el ya con un sillón afuera de la calle, un litro de leche y galletas…

-Pues ya wee, ese pendejo por fin pudo encender el carro, y nos fuimos, ¡Pero no chingues! Ese wey, ya lo conoces como es de quedabien, se quería lucir con la chava, así que ese wey tomo toda la bajada a lo puro wey, y espérate, ¡Cuauhtémoc se la paso en rojo! –Nos dijo mi hermano.

-¡No mames! ¡Este pendejo ese wey! –Todos al mismo tiempo…

-Por fin llegamos al súper por las chelas, y no creerás que el pinche Tlacuachòn no quiso poner para las chelas, pero eso no fue lo más pendejo, lo más pendejo fue que me estaba peleando el ticket para reclamar el importe. –Me lo aseguro Said, no manches.


-Que guarro. –Pensé.

-Subimos las chelas al carro, y pues ya me conoces, le quise hacer desmadre a ese wey, y le dije que yo me llevaba el carro, ¿Qué crees que hizo? –Me pregunto.

-¡No mames! ¡No se! Dime. –Ni que fuera adivino.

-El pinche Tlacuache, dio un paso para atrás, puso si mano entre él y yo y me dijo: “¿Qué te lo prestaron a ti?” Yo le quería decir que no había pedo que se lo llevara el, pero ni eso, no me dejaba hablar el wey, no salía de su “¿Qué te lo prestaron a ti?”, y pues yo ya queriendo decirle que se metiera el pinche carro por el culo pero no, no me dejaba decir ni pio y nomás no lo saque de su “¿Qué te lo prestaron a ti?”. –Nos platico mi hermano, pero ya como medio emputado.

-¡No mamesssss! Quieeeno se papseeeeee de ergaaaaaaaaaaaa, por epsooooo le papssssssaaaaa lo que le papsssaaaaaa. –Dijo el borracho.

-Bueno ya nos subimos, y ese wey otra vez, por andar pendejenado, se volvieron a poner los seguros, y otra vez la alarma, lo bueno es que ya supo qué hacer, jejeje, y ya que íbamos al departamento, ese wey empezó a acelerar, ya me conocen, cuando veo que empiezan con sus ondas, yo les digo que le bajen, pero ese wey, nel, le dije, y me hizo: “Nitshz (sonido con la boca), oh tu “tranquila” no pasa nada…” Órale pues, le dije, en eso íbamos por Av. Universidad, rumbo a Cuauhtémoc, y ese wey aceleraba más y más, y el semáforo en verde, y ningún coche en los alrededores… -Relataba mi hermano. A todos nos tenía con el “no mames” en la boca, más a mí, porque yo apenas me estaba enterando de lo que realmente le ocurrió al coche…

-En eso, ya estábamos en el cruce de Av. Universidad y Cuauhtémoc cuando veo que salimos de Universidad, cruzamos Cuauhtémoc, y ya era de entrar a la calle que sube a Marroquín, cuando de repente, yo vi que íbamos derecho a la entrada de la calle, cuando mi vista se hizo para un lado, mi visión se salió de cuadro y ¡se enfoco al poste que está en la esquina de la Nissan! –Ya por fin me soltó como el chingadazo mi hermano.

-¡No mames! ¿Contra el poste de la esquina? Donde no se partió a la mitad… -Me asombre.


-¡No mames Ed! ¿Cómo se va a partir a la mitad el poste si es de metal? –Se saco de onda mi cuñado.

-¡El poste no wey! ¡El carro! –Le explique.

-No pues sí, tienes razón, hahahaha. –Agarro la onda mi cuñado.


-Momento, espérate, ya sé que ese wey esta pendejo y todo, pero si no estaba pedo, ¿Por qué vergas se fue a estampar al poste? –Quise saber qué onda, digo, hay gente pendeja pero este wey dice “quítate que ahí te voy”….

-¡Hahahaha! Es que… Es que… ¡Hahahaha! Ese wey… -No podía ni hablar mi hermano.

-¡Hahahaha! –Mi cuñado estaba igual.


-¡Hahahaha! –Nos reímos todos. Ya que. El borracho ya dormía recargado en el árbol.

-¡Bueno ya! Te sigo contando. Un trompo… -Me dijo.

-¿Cómo que un trompo? –Pregunte.

-Si un trompo. Quiso hacer un trompo el wey, ahí en Cuauhtémoc para entrar a Marroquín (saludos al Author). – Me medio explico.


Yo crei que era esto lo que planeaba hacer el Comandante.


Y resulta que era esto otro.



-No mames, espérate wey, si la entrada de Marroquín esta casi enfrente de la salida de Universidad, ¿Para que el trompo? No le veo necesidad. –Seguí en mi necedad, a mí que me cuenten el chisme bien, si no, no.



-Bueno, no exactamente un trompo, vaya, ¿Viste the fast and the furious tokio drift? Pues, eso quiso hacer. Solo que, solo uso el freno del pedal, y no el freno de mano, así que ya imaginaran, vino el putazòn, yo me amacicé, me agarre con la agarradera, solo sentí el jalón, pero ese wey, ¡Hahahaha! Ese wey se sorrajo todo contra el volante, parecía mosca aplastada, ¡Hahahaha! –Se cagaba de risa mi hermano contándome.

-Hahahaha, ¿Y la chava? –Me acorde de ella.

-¡Hahahahahahaha! ¡En los pedales! –Me dijo.

-No manches, que cagado. –Pensé.

-Y espérate wey, y todavía me regaña a mí, que por que yo le metí el freno de mano, ¡Esta pero si bien pendejo el wey! Y luego cuando nos bajamos, bueno primero no sé como sacamos a la chava de los pedales, y ya nos bajamos, jejeje debieron de ver su cara, se asomo, vio el putazo, y empezó a caminar de un lado a otro, agarrándose el cabello gritando: “¡No puede ser, no pude ser, no puede ser!”. –Relató el chismoso de mi hermano.

-A mi me marco al radio, me dijo que choco, pero no le creía, hasta que Chucho grito que chocaron, fue cuando le marco Said, entonces ahí fue cuando le creí, y nos fuimos en chinga, pero el muy wey del Tlacuache, dejo la puerta del condominio cerrada con llave, y las llaves las traía ese wey, no mames, no sé ni cómo salimos, por una rendijita por donde apenas y salía el aire. -Agrego mi cuñado.

-No manches, que pendejo ese wey, todavía yo en México me mensajeaba con Adi y me dijo que le pidieron el carro prestado, que según el Comandante Tlacuachòn se hacía responsable, que hasta la moto le dejaba. Y pues le dije que viera eso, pero pues quedo que no se los prestaría, y más tarde ya hasta estaba dormido cuando me marco para decirme que seguían insistiendo, y que al final ya para que dejaran de estar chingando se los presto… –Me acorde.

-Si pues, eso dijo, que él se hacía responsable. –Me confirmaron.


-Ya wey no mames, total, llegamos, vi el putazòn, y no la chingues, si no es por Chucho lo parto a madrazos. –Dijo mi cuñado.

-De hecho wey, Chucho fue el que te dijo que le partieras su madre. –Le acordó mi hermano.

-Haaa, si es cierto, Chucho me dijo. Pero pues no le hice nada por ver que pedo con el carro, ósea ya de plano, ¿le pregunte que que vergas había hecho? ¿Y qué crees que me contesto? –Me pregunto.

-No pues no sé, ¿Qué te dijo?-Pues sí, no soy adivino.

-Nada, encogió la cabeza entre los hombros, me sonrió y solo dijo: “Unnnnnn”.

-No manchessss, che Comandante, perrrrrr eso le passsssaaaa lo que le papsaaaaaaaaaa ¡Uhhhhhhh! – Finalizo el borracho que al final ni cuanta nos dimos cuando se despertó…

-“…. Sopas, ahí nos vemos, sale wey, ahí luego, te lo lavas…” –Nos despedimos.

Ya era tarde, fueron muchas risas de hecho entre párrafo y párrafo eran puras risas, como al final el Comandante nunca llego mejor nos retiramos cada quien a su casa, ni que decir, fue algo que después de dos semanas de estar con él “¿Qué pedo?”, por fin me entere como estuvo el madrazo, son de esas cosas que pasan cuando tú no estás, y que creo que de haber estado, no hubieran ocurrido...

Si, el es aquel del que te platique.

NdeEd: Los nombres aqui mostrados no fueron cambiados para proteger a los involucrados... ¡Ah! Ya pase por el lugar del choque, y no es un poste, es un pilar de acero que forma parte de la estructura de la casa automotriz. Insisto, donde no se partio a la mitad... El coche...

1 comentario:

Monilizze dijo...

No... puedo...

parar....

de....


reírme....


hahahahahahahahhahahahahahahahahahahahahahahahahah xD juar juar juar juar