A ver, mejor del América ya no hablemos, cambiemos el tema a cosas más interesantes, como, mmm, ¿yo?, bueno no tanto así, no sé si se han dado cuenta que desde hace un rato que este blog, su blog, no recibe ningún chisme nuevo que comentar, y bueno ofrezco una disculpa para aquellos que se han tomado la molestia de darse una vuelta por acá y se tengan que chutar el sarcasmo del América, que mejor de eso ya no hablemos, porque me enchilo…
Vaya que hay cosas que contar, pero mejor empezamos por lo primero: pinche crisis. Todo este mes de enero (ya sé que estamos en marzo) he tenido un chingo y un montón de trabajo, y pues, ósea, nadie me paga por escribir en el blog, pero se aceptan donaciones, semen no por favor…
A lo que voy, tanta chamba me hace recordar a mis suegros, si a mis suegros, en estos tiempos la reducción de personal te obliga a tener más chinga de trabajo, y por el mismo sueldo, un sueldo que ante la pinche crisis, es mermado muy cabronamente, antes, me podía comprar una barrita rellena de fruta y una coca de 600 ml con menos de 10 pesito’ y ahora naranjas: o la coca o la barrita.
¿Y por qué me recuerda a mis suegros? Fácil, bueno, no tengo idea del porque, pero es buena oportunidad para balconearlos, jejeje.
En una ocasión que mi suegra salía de viaje, me toco ir a dejarla a la terminal de autobuses, como suele suceder, se nos hizo tarde, el autobús partía a las 21:00 hrs, y faltaban 10 para la hora señalada, así que vámonos a todo lo que da. Ya una vez llegando a la terminal empiezan las recomendaciones, que pasan a instrucciones que se vuelven advertencias y terminan siendo amenazas:
Mamá Meche: “Edgar, a ver, fíjate bien, te voy a dejar estas llaves, por favor, llegando se las entregas a mi mama, no se las des a nadie más, le dices que son de la casa, no de la tienda, ¿Me entendiste? A ti te hago responsable…”
Ed: … Bueno ya que, (murmurando: ¿Y a mí por qué? Ni de su familia soy…)
Mamá Meche: “¿Cómo dijiste?
Ed: “Que le vaya bien…”
Mamá Mecha: … “¡Rigo, apúrate! Ya se va el autobús” (señalando a un autobús que va saliendo en reversa del hangar)
Papá Rigo: “Ese no es, apenas son las 9…”
Mamá Meche: “Ese es, ¡Córrele! Ponte detrás para que no salga, en lo que voy a la puerta!
En eso veo a mi suegro dirigiéndose detrás del autobús, pero a medio camino al ver tremendo animalòn que se echaba de reversa se detiene y dice:
Papá Rigo: “¡Bueno ¿qué estoy pendejo?, yo no me voy a poner detrás, ¡Son chingaderas, son pendejadas!
Y pues eso mismo pensé cuando me informaron que mi carga de trabajo seria aumentada con mi mismo sueldo:
“¡Bueno ¿qué estoy pendejo?, a mi no me van a pagar por hacer eso, ¡Son chingaderas, son pendejadas!
N.deEd. Los nombres aquí mostrados NO fueron cambiados para proteger a los involucrados.
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