Desde mi terraza he escuchado y visto de todo, peleas entre secundarios autodeslechados, topes que parecen bardas, go-karts quedándose sin frenos, bolilleros vendiendo bolillos que ya no tienen, en fin, infinidad de cosas, pero nunca algo tan terrorífico como lo que estoy a punto de contarles.
Sucedió en una fría, apresurada y plutónica tarde,
Y mi terraza me sonreía al nadie por la calle pasar,
Acomodándome en el funesto sillón de plásticas cuerdas,
Oh buen descanso ha de merecer el apachurrado Ed.
Dispuesto a dejarme llevar por mi webar,
Desvaneciéndome en un perdido sueño arrebatador,
Me dispongo a disfrutar de mi fría terraza,
Pero el escuchar alaridos escasos metros de mi estar,
No pude soportar, y del puto chisme me debí enterar....
"¡No madre infausta! Harto estoy de tus inciertos regaños"...
Lalito arremete ante Doña Vicky en fugaz furia bajo la fría tarde plutónica!
De mi apaciguado descanso me han sacado y exigía aquellos alaridos ser explicados,
"¡Que no quiero ir! exclamo Lalito en una esperanza perdida, en aquella tarde fría,
A escasos metros de de mi estar, en el funesto sillón de plásticas cuerdas,
En aquella terraza que dejaba de sonreír ante el pleito de tales extraños.
"Vas por qué vas" Doña Vicky arremetía,
Provocando a mi alma triste una sonrisa,
De mi funesto sillón de plásticas cuerdas me despegue,
Y Mudo, trémulo, en la terraza por mirar haciendo empeños,
Quedé allí en el más profundo silencio.
Pronto otro alarido quebrantaba el siniestro silencio, esta vez con más violencia:
"De seguro -dije- Doña Vicky ya se lo va a chingar,"
Pues, veamos de encontrar la razón abierta y llana de este caso raro y serio,
Y el enigma averiguar: "Si a la iglesia no te vas a confesar, le diré a tu padre que todas las tardes no te dejas de masturbar!”...
Asi Lalito inmóvil, frio e inerte sucumbio,
Aquella fría, apresurada y plutónica tarde,
A escasos metros de mi terraza,
Donde yo, ya en mi funesto sillòn de plàsticas cuerdas,
Sucedió en una fría, apresurada y plutónica tarde,
Y mi terraza me sonreía al nadie por la calle pasar,
Acomodándome en el funesto sillón de plásticas cuerdas,
Oh buen descanso ha de merecer el apachurrado Ed.
Dispuesto a dejarme llevar por mi webar,
Desvaneciéndome en un perdido sueño arrebatador,
Me dispongo a disfrutar de mi fría terraza,
Pero el escuchar alaridos escasos metros de mi estar,
No pude soportar, y del puto chisme me debí enterar....
"¡No madre infausta! Harto estoy de tus inciertos regaños"...
Lalito arremete ante Doña Vicky en fugaz furia bajo la fría tarde plutónica!
De mi apaciguado descanso me han sacado y exigía aquellos alaridos ser explicados,
"¡Que no quiero ir! exclamo Lalito en una esperanza perdida, en aquella tarde fría,
A escasos metros de de mi estar, en el funesto sillón de plásticas cuerdas,
En aquella terraza que dejaba de sonreír ante el pleito de tales extraños.
"Vas por qué vas" Doña Vicky arremetía,
Provocando a mi alma triste una sonrisa,
De mi funesto sillón de plásticas cuerdas me despegue,
Y Mudo, trémulo, en la terraza por mirar haciendo empeños,
Quedé allí en el más profundo silencio.
Pronto otro alarido quebrantaba el siniestro silencio, esta vez con más violencia:
"De seguro -dije- Doña Vicky ya se lo va a chingar,"
Pues, veamos de encontrar la razón abierta y llana de este caso raro y serio,
Y el enigma averiguar: "Si a la iglesia no te vas a confesar, le diré a tu padre que todas las tardes no te dejas de masturbar!”...
Asi Lalito inmóvil, frio e inerte sucumbio,
Aquella fría, apresurada y plutónica tarde,
A escasos metros de mi terraza,
Donde yo, ya en mi funesto sillòn de plàsticas cuerdas,
A carcajadas morìa...
.
1 comentario:
hahahaa!
ósom!!!!
XD
Publicar un comentario